sábado, 17 de enero de 2015

¿Hay vida después de la baja?

Hace mucho que no escribo. Es más, uno de mis propósitos de 2015 es darle vidilla al blog. Recuerdo que nació para "desfogar" mi necesidad de escribir cuando el ginecólogo me obligó a cogerme la baja por maternidad.

No soy una persona demasiado constante. Ni para el deporte ni para casi nada. Aprender a perseverar es una asignatura pendiente.

El caso es que hoy se cumple un año de mi incorporación al periódico tras muchos meses sin trabajar. Recuerdo que cuando acabó la Navidad me di de bruces con la realidad: me quedaban días!

Una semana antes me dio el bajón y me harté de llorar. Cómo iba a cuidar de mi bebé si mi trabajo es muy absorbente y apenas me deja tiempo para hacer nada?

Me incorporé y ese mismo día por la tarde, con una página a medio escribir, reparé en que había estado fuera 7 meses y que en casa me esperaba mi rubillo. Y así, ha pasado un año.

Lo pasé mal y ha sido duro. Muchos días he llegado a casa y mi niño ya estaba dormido. Otros, he llegado y le quedaba media hora para caer y muchos otros (la mayoría) he conseguido llegar para jugar, bañarle, darle la cena y dormirle gracias a que no es un gran dormilón y sí un trasnochador.

Pero también ha sido un buen año profesionalmente hablando y he retomado conversaciones que tienen que ver con otras cosas que no son pañales, cacas o papillas.

En definitiva: la baja es necesaria y muy corta, pero es bueno volver a la rutina, retomar la vida y seguir con ella. Si estáis a punto de volver al trabajo, bienvenidas. Tenéis suerte de tener trabajo y, por duro que parezca a veces (la mayoría) es bueno y sano para vuestra mente.

Ahora, en casa, disfrutamos de cada minuto del fin de semana. Siempre que los virus de la guardería nos lo permiten, claro.


Feliz año, sed felices

Objetivo mamá