domingo, 23 de junio de 2013

Babymoon

¡Hola a toda la blogosfera!

Lo primero de todo, mil perdones. Prometí actualizar más a menudo pero, como leéis en el título de la entrada, nos hemos ido de Babymoon.

Si, ese término tan nuevo que se asemeja al archiconocido Honeymoon o Luna de Miel y que no es más que una nueva luna de miel para los padres antes de la llegada del bebé.


A nosotros nos queda solo un mes y ya hemos empezado la cuenta atrás, sobre todo porque han dicho que seguramente se adelante, así que había que aprovechar.

La verdad es que todo ha sido un poco por casualidad. Aún teníamos por gastar una caja de experiencias de regalo por nuestra boda y decidimos elegir un destino de playa y buena gastronomía, por lo que nos fuimos a Cádiz.

En concreto hemos estado en Sanlúcar de Barrameda, famosa por su manzanilla, marisco y playas de ensueño. En total, tres días en remojo y al sol con un libro en la mano y sin más preocupaciones que echarnos crema para el sol.

Ha sido una recarga de pilas y aunque volvería a irme hoy mismo, reconozco que nos ha servido y ha surtido el efecto deseado: relax.

Tomar el sol embarazada es toda una odisea. La gran barriga no te deja tumbarte ni boca arriba ni boca abajo, con lo cual, o te llevas una silla-hamaca o estás condenada a estar sentada durante horas. Nosotros por fortuna tenemos silla, pero al final, como todo, se hace incómodo. ¡Aún así, me iba ahora mismo!



En cuanto al sol, quisiera recordar lo dañino que es. Los índices de radiación cada vez son más intensos y peligrosos, y las embarazadas tenemos graves problemas con las manchas, lo cual hace que haya que prestar más atención si cabe a la piel. En mi caso siempre he de estar muy pendiente porque tengo el conocido como "blanco nuclear", con lo cual me he embadurnado con protección 50 y la cara con 100. Pese al dineral en cremas y de ir más untada que una tostada me han salido manchas en la cara. Solo espero que este batiburrillo de hormonas y cambios físicos vuelvan a su ser en un mes, porque cada vez me parezco más a un cuadro de Picasso.

Como decía al principio, ha empezado la cuenta atrás. Ya he comprado alguna cosa para la bolsa de maternidad, aunque me queda llenarla y añadir algo más. También casi hemos terminado de decorar el cuarto del bebé, pero a eso le dedicaré una entrada diferente. ¡Tanto curro lo merece!

Como veis el blog ha cambiado de imagen. Por fin una personalizada y única. Supongo que variará con el tiempo, pero de momento se queda así, a no ser que mi niño salga moreno, jeje.

Además, ahora podéis seguirme en Twitter (@objetivomama), Instagram (objetivomama) y en Facebook.

Que tengáis un feliz domingo y una estupenda Noche de San Juan.

Objetivo mamá

miércoles, 12 de junio de 2013

50 días



Quedan cincuenta días... cincuenta días para el más importante de mi vida. El 28 de julio se acerca y no puedo dejar de desear que el calendario pase las hojas rápido para tener a mi niño conmigo.

Puede ser un día arriba, un día abajo, porque ponerse de parto es impredecible, a no ser que lo programen, cosa que espero que no ocurra. Pero según el calendario quedan 50 días para salir de cuentas.

En este mes y medio voy a tratar de disfrutar de aquello que se supone que no podré cuando nazca mi hijo, al menos en los primeros meses. Una mini escapada, cenas con amigos, ir al cine y a la playa. Pero lo que por encima de todo voy a hacer es disfrutar de sus patadas. Ya os hablé en un post de que no hay nada más bonito. 

El otro día una amiga me contó que al ir a visitar al hospital a un familiar que acababa de ser madre la vio triste. Le preguntó que qué le pasaba, y le contestó: "Echo de menos las patadas". Ella, para consolarla, y sin comprenderla demasiado, le dijo que ahora tenía a su bebé al lado, que era aún mejor.

Creo que a mi me va a pasar igual. Tengo verdadera afición por las patadas de mi niño y solo de pensar que me quedan días para dejar de sentirlas me produce tristeza. Ojalá pudiera guardar esa sensación, como si de un olor se tratara, para sentirlas toda la vida.

Y como las patadas están siendo para Á su conexión con el bebé, no quiero dejar de poner este vídeo. Es injusto que los hombres no puedan sentir todo lo bueno –y por qué no, lo malo– del embarazo. Sólo hay que ver las caras de felicidad de estos papis. Sé que Á también las echará de menos. Es nuestro momento del día.







Y desde aquí contaros que soy una de las finalistas del concurso Little Luxuries de Suavinex. De entre todas las miles de blogueras y usuarias que tienen me han elegido a mi. Van a mandarme un lote de productos para que haga un conjunto de moda con él y ropa de mi niño. Si gano, el premio será aún mayor, aunque ya lo es ser una de las cinco. Os invito a visitar su web, tienen productos preciosos, económicos y, además, muy actuales.

Disfrutad del buen tiempo


Objetivo mamá

viernes, 7 de junio de 2013

Libros, libros y más libros

Será por deformación profesional o quizás porque soy muy curiosa pero la cuestión es que nada más quedarme embarazada empecé a buscar información, a bajarme APP (otro día hablaré de esto, que creo que también es interesante) y a mirar qué libros podían ser útiles.

Tenía clarísimo que en mi mesita de noche no podía faltar el más vendido de todos "Qué se puede esperar cuando se está esperando", pero además de este, en Navidad me regalaron un par de ellos más relacionados con los cambios físicos y emocionales del embarazo.

Me encanta leer y estar muy informada así que me sumergí en cientos de páginas que empleaban términos que apenas había oído antes: calostro, loquios, Braxton Hills, síndrome del Metacarpiano... 

Poco a poco, conforme leía más y más empecé a leer sobre defectos, malformaciones, enfermedades congénitas y me dije: BASTA.

¿Para qué pensar en lo malo, o en la prueba X que me tocaría el próximo mes? Mucho mejor disfrutar de lo bonito que estaba siendo todo, de lo feliz que me sentía y de los pocos síntomas pesados que tenía.

Últimamente me he hecho con la máxima de "Ser feliz a toda costa" porque cuando las cosas han de truncarse, se truncarán, y cuando no, pues saldrán adelante. Es cierto que hay que saber un poco de todo y conocer qué ocurre en tu mundo, qué alimentos te sientan mejor, por qué te pasa tal o cual cosa pero... ¿Realmente es necesario saber hasta el último problema que puede tener tu bebé? Pues creo que sí cuando lo puedes evitar, pero no cuando no está en tu mano.

Aún así sigo leyendo. Pero me salto ciertos párrafos o capítulos que me parecen redundantes.







La verdad es que las librerías están llenas de libros sobre maternidad, embarazo y educación, y en  internet hay cientos de miles más. Creo que con elegir uno sobre gestación y otro para hacer las cosas bien cuando el bebé haya nacido es más que suficiente.

Precisamente para ese segundo periodo recomendaría "Bésame mucho" del famoso pediatra de "Ser Padres" Carlos González. Me habían hablado muy bien de él, y decidí regalárselo a Á por su cumpleaños. Primero lo he empezado yo, pero en cuanto acabe lo cogerá él, es muy interesante, os copio un fragmento para que os hagáis una idea del tipo de información que da.

La semilla del bien

"Observando el comportamiento de niños de uno a tres años en una guardería, unos psicólogos pudieron comprobar que, cuando uno lloraba, los otros espontáneamente acudían a consolarle. Pero aquellos niños que habían sufrido palizas y malos tratos hacían todo lo contrario: reñían y golpeaban al que lloraba. A tan temprana edad, los niños maltratados se peleaban el doble que los otros, y agredían a otros niños sin motivo ni provocación aparente, una violencia gratuita que nunca se observaba en niños criados con cariño.

Oirá decir que la delincuencia juvenil o la violencia en las escuelas nacen de la “falta de disciplina”, que se hubieran evitado con “una bofetada a tiempo”. Eso son tonterías. El problema no es falta de disciplina, sino de cariño y atención, y no hay ningún tiempo “adecuado” para una bofetada. Ofrézcale a su hijo un abrazo a tiempo. Miles de ellos".

Y antes de desear un buen fin de semana, quiero poner un vídeo que creo que es de mucha utilidad. Cómo levantarse de la cama o el sofá cuando se está embarazada. A priori puede parecer una tontería, pero es importante. Yo me enteré hace poco más de un mes. ¡Tanta lectura y de eso me enteré de rebote!



                  



Sed felices


Objetivo mamá

sábado, 1 de junio de 2013

Síntomas de embarazo

Hay tanto escrito sobre esto que no voy a descubrir la pólvora... todas las embarazadas tienen algún síntoma que evidencia su estado. Normalmente suelen ser de tipo hormonal por la revolución que tenemos dentro pero, ¿cuáles son los más comunes?

¿Se puede saber que se está embarazada sin hacerse una prueba? Yo diría que sí.

Recuerdo aquellos días como raros. Me levantaba ardiendo, como si tuviera fiebre, y  un poco fatigada. Físicamente, el único cambio que noté fue en el pecho, más hinchado y los pezones con pequeños bultitos alrededor.

Pensé. ¿Será? Pero no tenía náuseas ni nada parecido, y me mostraba escéptica. No me quería ilusionar. Pero si, era.

Tras dos o tres días así me hice el pertinente test de embarazo –yo me hice dos porque me cegaba la emoción y no me creía que fuera cierto–.

En los días sucesivos seguía levantándome acalorada y con cierto malestar, pero mínimo. Creo que puedo contar con los dedos de una mano los días que tuve náuseas y solo uno llegué a vomitar.

Después ni eso. Más feliz que una perdiz. Ni náuseas, ni calores ni malestar. 

Durante estos meses he podido permitirme el lujo de decir que he llevado un embarazo de diez. Conozco a muchas mujeres que se lo han pasado todo el día vomitando, en reposo absoluto por riesgo y también con asco o ciática.

Mis únicos síntomas estos meses han sido mi barriga, que crecía, mi hambre y mi sueño.

¡Ay el sueño! Ese si que es un síntoma de embarazo. Hasta la semana 15 más o menos fui una marmota. No podía parar de dormir. Me iba de comidas familiares nada más tomar el postre porque me quedaba dormida. He obligado a mis pobres amigos a hacer planes diurnos porque no se podía contar conmigo más allá de las 10 de la noche. Es más, no recuerdo haber visto una sola película o serie entera en esas semanas. ¡Me dormía a los diez minutos!

Creo que me hubiera pasado las 24 horas durmiendo durante esas 15 semanas. Recuerdo que el sonido del despertador era como una llamada a la guerra. Me levantaba a duras penas para ir a trabajar y afortunadamente rendía, pero nada más comer, A se quedaba recogiendo la cocina para que me echara en el sofá aunque fueran diez minutos antes de volver al trabajo. ¡Y qué bien me venía!

Cuando llegaba por la noche me duchaba, cenaba y a dormir. Creo que en ningún momento traspasé el umbral de las 22.30 despierta.

Así que imaginad mi Nochebuena y mi Nochevieja. Dormí todo lo que pude para darlo todo, y en fin de año salimos y aguanté, nada más y nada menos que hasta las 5 o las 6 de la mañana. ¡Y eso que al día siguiente trabajaba! 

Y lo de comer...si, comer como más. Sobre todo al principio el hambre era atroz. Mis padres se han alucinado durante todo el embarazo de que haya repetido platos o comido hasta tres dulces de un golpe. El resto del embarazo se ha mantenido y de hecho casi siempre tendría algo en la boca. Pero por sentido común hay que cuidarse y no cometer demasiados excesos.

En cuanto al asco y los olores... de eso no he padecido nada, y eso que soy bastante tiquismiquis y tengo la pituitaria muy desarrollada.

En cuanto a dolores de espalda...Bueno, eso también es muy variable. A los dos meses me dio la ciática. Fue bastante suave, pero dolía bastante. Se me quitó al tercer mes. Hace un mes hizo un amago de volver, pero qué va. Eso sí, desde hace dos semanas tengo unos dolores de espalda cada vez más fuertes.

Lo de la barriga es obvio. Si no te crece, malo. A mi se me empezó a notar desde bastante pronto, aunque el principio solo lo notaba quien lo supiera. Recuerdo que mi jefe llegó a decirme cuando se enteró: "ya decía yo que estabas más repuesta".






Ahora mi barrigón es imposible de esconder. 12 kilos de panza –2.100 gramos de niño– impiden tener el torso plano. ¿Volveré a tenerlo alguna vez como antes? 

Os recomiendo que cuando os quedéis embarazadas lo vayáis apuntando todo. Una buena amiga me regaló un diario de embarazo que ha sido muy útil. Y cada cierto tiempo me he hecho fotos en el mismo sitio para después hacer una comparativa mensual. ¡Ya os las enseñaré!

En fin, que cada embarazo es un mundo. No os comparéis con nadie porque cada cuerpo, metabolismo y nivel hormonal es único, y nunca se sabe cómo reaccionará el cuerpo ante tantos cambios. Incluso ha habido mujeres con síntomas completamente distintos entre un hijo y otro.

Lo que está claro es que alguno siempre se tiene y que hay que tomárselo con humor. Hay que soportarlo porque luego la recompensa es la mejor.

Feliz sábado


Objetivo mamá